28.5.07

Claudio Bertoni


Mackyantipop ha publicado aquí:


Un extracto:
"Yo con la literatura tengo una relación de necesidad. Sale una mujer hermosa, y la manera de sacármela de encima simplemente es escribir. Lo mismo con las fotos. Yo saco fotos de seres que me llaman la atención. Y cuando están en el rectángulo, es un alivio, porque no voy a volver a ver más a ese ser y se acabó. Pero ahí lo retengo.

Con la escritura es igual. Escribo porque me alivia contar lo que me sucede, que es más o menos lo que le debe pasar a toda la gente que hace los blogs. O cuento lo que me pasa en un día. Que voy, que me bajo, y entro y había esto, y el gallo era crespo y miré y me pasó tres monedas, no, me pasó dos. Y la perica tenía unas botas así… Ridículo de detalles".

No hay conmoción


Nunca enganché demasiado con Soda Stereo. Muy masivo, muy simplón, a excepción del unplugged, aunque en su tiempo no supe valorar ese disco. A mí, Cerati -con o sin Soda Stereo- junto con U2 siempre me han parecido una especie de institución. No así Los Beatles, por ejemplo. Porque todos tienen que tener los discos, en todas las casas, en todos los carretes, es como una obligación. Y eso termina por cansar, sobre todo por la falta de méritos musicales. Debe ser por guitarras sin un valor muy singular, por ser tan masivos sin tener algo que cambie el curso de la historia del rock. Porque ¿qué distinto han hecho?, ¿alguna innovación que te dé vuelta la cabeza? Claro, alguna que otra canción conmovedora han compuesto. Anoche en Cerati, -fui con entradas gratis a acompañar a una amiga- me di cuenta de algo: últimamente me quedo con las guitarras más opacas, acústicas –sin caer en ese facilismo desenchufado y medio deprimente o fogatero que tanto cundió en los 90s- o que simplemente te llevan a los orígenes del primer rock and roll, o del swing o digamos al estilo más vintage o tipo de grabación análoga. Cosas tan amplias, que me hacen pensar que Cerati es simple. Además de “Crimen”, “Adiós” o “Cosas Imposibles”, algo de Soda Stereo que te lleva a las fiestas y que te entró más que por recuerdo que nada, el resto no me paró un pelo. No me conmovió. Y como me dijo Claudio Bertoni hace un par de semanas, la música tiene que pararte los pelos. He ido a decenas de concierto en los que no conozco más de una canción –o ninguna- y me han conmovido más que este par de instituciones.

"Franz" de Teleradio Donoso


Alex Adwanter, líder de Teleradio Donos, dijo antes de introducir mi canción favorita del grupo que se la había escrito a su ex polola, porque le había pedido que le dedicara una. Bueno, no le gustó, y a los pocos días la relación terminó "a mí ex polola no le gustó, espero que a ustedes le guste". Cuando me di cuenta que era "Franz", que abre el EP y el Gran Santiago que lanzaban ese jueves 24, pensé que su ex estaba loca. Si a mí me dedicaran esa canción sería tan feliz y trataría de mantener la relación, en fin. Mientras escuchaba este hit, me detuve en la letra, y pensé "esta no es una canción de amor, pero el hombre se muestra sincero":
Yo soy bueno, de verdad /Cada día veo todo igual/ a mí no me parece ser un criminal que haya que encerrar/ no tengo mucho que decir, yo soy una canción para ti/ No quiero que termine en frases de cine en su casa.
Ese último verso me pareció de lo más acertado. Sobre todo en medio de una canción que te hace bailar, y claps your hands como en los 60s. Yo con esa canción... me desmayo, realmente".

5.5.07

Guitarra y voz, para qué más.



Los cantautores tienen algo. No sé que es. Algo de ellos solos con la guitarra. Algo
que transmiten. Es la intimidadque se da en los conciertos por la sencillez de elementos y la sinceridad al entregar todo lo que tienen. O la capacidad de lograr un cilencio sepulcral que inspira un respeto insospechado, y que hace que el tiempo se detenga. Un discurso sin poses, porque éste solo reina en sus cabezas sin tener que encontrar puntos en común con otros integrantes. No cuentan con más que ellos mismos. Voz altamente convincente, guitarra o piano y una letra que llega más adentro que ninguna otra canción. Cantautores son los que me han invadido este último año y no los he podido soltar como género musical.
Partió con Leo Quinteros, ( http://leoquinteros.podomatic.com) que inauguró en mí otra manera de ver conciertos. Una imagen ilustrativa: mi cara se afirma en mi mano que a su vez descansa en el codo apoyado en la rodilla. Me quedo inmóvil, atenta, concentrada, y con la sensibilidad a flor de piel.

Un paréntesis para el extranjero: Coiffeur (www.myspace.com/noescoiffeur ), un argentino que
abrió a Javiera Mena en diciembre pasado en el festival Neutro. Un conquistador que te conquista desde la timidez. Solo con suguitarra, para no pedir más. O tal vez pedir que nunca abandone el escenario.

La misma Javiera Mena, -aunque esacape algo de este recorrido que hago de cantantes con solo guitarra de palo y voz-de la cual no puedo soltar su disco, porque el timbre de voz que tiene es engatuzantea y a la vez acogedora. (www.myspace.com/javieramenamusica)
Nano Stern, que me hace pensar que hace magia con las cuerdas. Les saca más acústica, más sonido, más potencia que cualquier amplificador o mejor, como si fueran 4 guitarras en vez de una. Además inyecta con su voz y carisma a todos quien lo escucha. (http://www.nanostern.com/cms/index.html)
Demás esta decir que todo esto aumentó cuando me puse verdaderamente a escuchar a Violeta Parra. Lo único que tenía era sus manos y su guitarra. Con eso se ganó la vida. Una voz desgarradora que apuñala, que descuera, que llega el alma.

Una guitarra y una voz. Para qué más.

2.5.07

Nano Stern

Nano Stern hizo una noche de lujo el jueves pasado (26 de abril) en la Sala Master. Folclore y una guitarra absolutamente zeppeliana en muchas oportunidades. Parece a veces como un metalero que se expresa raramente en el folclore, pero luego uno cae en que el rock fue solo el comienzo, o una estética que se quedó pegada. Los primeros pasos para tocar la guitarra de manera que cualquiera de los rockeros chilenos querría. Soltura, espontaneidad, sin que se le vaya una nota. Como da gusto.


Nano Stern habló y cantó sobre despedidas, porque se volvía a Europa por una gira pendiente. Pero volverá en octubre a deleitarnos con el peñiscar de las cuerdas, con la voz que saca de las profundidades con una convicción envidiable.

La emoción se hizo risa cuando dijo, de adentro "si tuviera un hijo... y no alcanzó a completar la frase, cuando lo interrumpió su maestro y profesor Rodrigo Bobadilla, "le pondría Sala Master".

Nano Stern no es alguien para perder de vista, ni por supuesto de oído.