Después de salir harto y trabajar otro poco me fui a Reñaca. ¡No, a salir no! Me dormí temprano los dos días y lo mejor de todo fue que pesqué la biografía de Bob Dylan -que la empecé la semana del concierto en Santiago- y la terminé en la playa. A todo sol, con maní barquillo como música de fondo. Luego, otro libro en la misma tarde en el sol de la terraza y al sol o la luz de las ventanas de las micros del TransValpo.
El solo hecho de respirar otro aire, se llenaron mis pulmones en todos los sentidos.
1 comentario:
Amigaaaaaa
que rica tu escapada te felicito siempre es bueno un quiebre para seguir o recomenzar
AIREEEEEEEEEEE ¡¡¡¡
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