19.7.06

gym: bad taste in music

Hasta que me inscribí en un gimnasio de "a de veras", con horario flexible, distintas clases y con evaluación grasosa. Ese es el peor momento: cuando te miden. Llevo dos días de máquinas y uno de baile. Son esas canciones que te aumentan el dolor de cabeza, ese estilo de música reciclado de Los Ilegales con un esquema mongólico que no ha cambiado junto con la lírica: arriba, abajo, derecha izquierda, derecha izquierda. Horror. Para peor este malestar no me dejaba levantar los pies del piso. Ni siquiera pude disimular que me gustaba la clase.

Así como tantas veces aburrida en fiestas de discoteques jugando a que me gustaba esa música mala para así reírme de ella y pasarlo bien. Ni eso me resultó.
Qué se le va a hacer. Una pena, ¿no? Espero las clases en que haya algo de Elvis o rockabilly, nunca falta. Aunque sea media canción. Me gusta enrollarme con ese tipo de cosas. No con los rollos que me miden a mí.