Ases Falsos en ex Oz. Jueves 4 de octubre

-¿Entonces se decidió llevar a la pantalla "House of Mist"?
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María Luisa Bombal (Foto: Memoriachilena.cl) |
-Casi de inmediato; iba a producirla Paramount. Cuando los estudios le pagaron el guión, en una fuerte cantidad para la época, creo que unas siete veces de lo que pagamos a Jean Paul Sartre por el guión de Freud; María Luisa hizo una fiesta en su casa y fuimos todos, allí estaban sus amigos, Dolores (del Río), Helen Hayes, Lauren Bacall, Bogart... recuerdo que era muy requerida por Jack Kerouac, William Burroughs y Gregory Corso, escritores que luego dieron un nombre a la beat generation, que daban culto a la espontaneidad; pienso que María Luisa les dejó eso a los escritores del Hollywood de la época, esa espontaneidad que flota a todo lo largo de House of Mist. Esa casa se la habían cedido los estudios como parte del contrato, pero luego María Luisa la compró, y volvía cada cierto tiempo; algunas veces estuve con ella, su esposo y su hija; eran una familia feliz. María Luisa tenía muy buen humor, y secretamente siempre tuvimos el deseo de filmar House of Mist. Pero no llegamos a hacerlo. Eran tiempos nada de fáciles los de entonces en Hollywood. Se olía en el viento la proximidad de la "caza de brujas" que brotaba.
Años después del fallido intento por hacer House of Mist en Hollywood, yo estuve dispuesto a filmarla en México. Me llamó Dolores del Río, que tenía los productores y me propuso dirigirla, con ella en el estelar; yo acepté de inmediato, primero, porque conocía la obra y era amigo de María Luisa, y segundo, porque nunca había dirigido a Dolores. Sin embargo, al final, Paramount, que tenía los derechos, no quiso ceder el script. Nunca la han filmado. Hay muchos filmes que hubiera querido hacer. Hay incontables libros que hubiera querido llevar al cine. Hay muchas cosas que nunca trataré. Pero, en mi descargo, quiero decir que no siempre filmé lo que quería. Yo no soy un hombre de fortuna que puede producir su propio trabajo. Entonces, hay muchos aspectos que hubiera querido tocar en mi trabajo cinematográfico, pero aún no puedo hacerlo, y es probable que nunca lo haga. Yo entendí el Realismo mágico luego de leer esa obra de María Luisa, y me pareció una veta magnífica que nacía para el cine. También creo que la realidad puede hacerse mágica si uno consiente.
Las mujeres que circulan por las páginas de Bombal, y también por las obras de Juan Rulfo, que es mi amigo, son seres desterrados de sí mismo, destruidos o francamente muertos, como en La Amortajada y Pedro Páramo, pero que, sin embargo, siguen en pie, sostenidos por algo que a veces sólo existe en su imaginación. Yo creo que Marilyn Monroe también pertenece a esa galería de seres realmente fantásticos que se nos aparecen de vez en cuando. Lo que no significa que sean ideales o etéreos. Porque son seres muy terrenales. Pienso que a partir de María Luisa Bombal, justamente, es que las letras abordaron estos seres como nunca antes se había hecho, con esas heroínas perfectamente bellas pero desoladas que ella retrata en las tierras australes, y que en verdad son mujeres únicas, que no pertenecen a nadie por la tragedia interior que llevan a cuestas, que al no tener alguien a quien amar las hace ser de todos.
Lee la entrevista entera aquí.
Dos cosas obligaban al show de The Drums estuviera a la altura. Una, el hacer fila como en un matadero para poder entrar a la cúpula Tech. Dos, el hype que produjo en Inglaterra. Con decir que todos los integrantes de The Smiths fueron (por separado) a verlos en un show en Londres. También que Tim Jonze, el editor de The Guardian cayera a sus pies al verlos en vivo y reconocer que no era otra típica de banda Indie rock. Por último, la colaboración del grupo en el último álbum de Edwyn Collins en la canción “In your Eyes” y que suena constantemente en la BBC 6.
Ok. The Drums son un grupo norteamericano que hubiesen matado por vivir en Manchester o Glasgow a principios de los 80. Tienen los riffs a lo Johnny Marr pero más acelerados, el bajo copiado a Joy Division y la frescura de Orange Juice. Más que claro es que no es la primera banda que tiene los mismos referentes. Despachan canciones que hablan de ir a surfear porque el día está lindo “Let’s go surfin” y de pasarla bien “I need fun in my life”. Pero el público con de niñas de Estados Unidos incluido disfruta. He aquí la clave. El cantante Johnattan Pierce parece un niño de 12 años, pero muestra esa arrogancia de muchos cantantes de Manchester al pararse en el escenario. Además es absolutamente camp y reverencias y gesticulaciones que recuerdan a un Jarvis Cocker de 1995 y movimientos al estilo de Freddy Mercury o Ian Curtis (era que no). Sólo ver esas expresiones corporales provoca contagio y aunque los pies de uno no quieran más guerra, termina bailando y cayendo también a sus pies.