31.8.09

Más perdidos que...


En esta cuenta regresiva para viajar a las islas británicas, al estuario de Liverpool, al clima lluvioso, al cielo gris, se producen cosas inesperadas y divertidas que en otros días normales no apreciaría por nada del mundo. Porque los tiempos de bailar arriba del escenario, el "Aserejé", el sound, El Símbolo, pasaron al olvido en una suerte de pasado oscuro. Pero anoche dio gusto. Me gustó lo tropical malo antes del brit obligado sin subtítulos, como suerte de saboreo previo reconociendo raíces aunque sean un bodrio. Nos habían prometido una fiesta "ochentera-karaoke" en el pueblito de Los Domínicos. No era en la explanada, ni tampoco era música de los 80 como ya quedó claro, sino que era en un teatro que, supongo, estaban montando la obra el Teniente Bello. En el escenario estaba su "avioneta", muy bonita, que por supuesto fue parte de nuestras coreografías.
Porque la tónica fue esa: coreografías, esquemas, piscola a luca y amigas antiguas. Una de ellas cuando se acabó la música, se plantó en el escenario y dijo: "Aquí es cuando tengo que cantar yo" y sin pudor empezó a cantar ópera delante de cuarentones rancios y curados dejándolos mudos. Ahora entiendo porqué se perdió el compadre Bello, andaba de parranda o quedó prendada de una musa.

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