Como una banda de primera línea, que tiene tan larga trayectoria como es de larga mi vida (28 años), mostró todo, sin desafinar en todo sentido de la palabra, entregaron tantos hits y otras buenas canciones que dio gusto. "Everybody hurts" según leí ayer sobre el primer día en el diario, humedeció los ojos de varios. Esa canción se convirtió casi en una tortura para mí por lo trillada. Así que la empecé a escuchar de lo más tranquila, pensando "que sea lo que sea"... Y tal cual, aquel comentarista tenía toda la razón del mundo. O la canción está hecha para llorar aunque no quieras o yo estoy convertida en una vieja de mierda y la música me conmueve el doble. Porque yo pensé que iba a llorar con "Nightswimming", pero no. Aunque al partir casi dejé sordo al tipo de adelante con mi grito propio de una fan de Luis Miguel.
Luego de esta disgresión personal y cebollera, vuelvo al meollo del asunto. Fui con una amiga que llevaba su blackberry e íbamos viendo los resultados favorables a Obama,(¿seremos periodistas?) mientras que por su lado Michael Stipe anunciaba que se había tomado Ohio, que había ganado en Pennsilvania. La alegría, de este modo, iba en aumento. Ni siquiera éramos gringos, pero en fin. De que era un momento histórico lo era. Las pantallas gigantes, a la hora de que el managar anunció que el señor Barack Obama era el nuevo presidente, mostraron sus imágenes callejeras y oficiales.
Daban ganas de saltar de nuevo como cuando una tenía 11 años y escuchó "Shiny happy people" la primera vez o vio el atormentado y hermoso video de "Losing my religion".
"Oh no, I've said too much", pero talvez, I haven't said enough, así que vayan a Mariamusica.cl para más apreciaciones del concierto.
crédito foto: Carlos Muller, Zona de Contacto.
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