19.8.08

mi ruta de Valpo


La ruta del tata
Estuve metida varias veces en la biblioteca de mi abuelo. Hace un poco más de un año se murió. Y era hora de ir a Valparaíso. No por él, sino porque quería descansar y pasarlo bien, por supuesto.
Entonces llegando al hostal donde reservamos, lo primero que veo fue el restorán Hamburg, del cual la otra vez encontré una servilleta que el tata había guardado. Unas cuadras después, el Cinzano, y al frente del hostal el cementerio. Las cosas no pasan por algo, a veces hay algo más que te las pone en el camino. En este caso fue una persona.

La ruta de Los Tres.
Una escena notable en Vermouth & Noche, un dvd sobre la despedida de Los Tres, fue grabada ahí; Titae Lindl hizo dos discos de los músicos que tocan ahí. Desde que llegué hasta que fui finalmente pensé en que no nos podíamos saltar ese panorama, antecedido por el show de 3 X 7, veintiuna, el grupo de cueca de Daniel Muñoz. También me metí en el tema de las cuecas bravas a través de Los Tres (que son otras a las cuecas choras de Roberto Parra que homenajearon ellos).

Abrió La Isla de Fantasía. Una de las señoras, tía Lucy, movía las caderas, ultra cocoroca; la otra, que estaba afónica, cantó igual no más dos valsecitos y una cueca. Maestra para tocar el pandero.Aunque la mayoría del público era fan de ese grupo, Daniel Muñoz se robó el plato. Con cuecas del Nano Nuñez, con caja del Nano Núñez, y la picardía que no tienen ni que actuarla, nos pasamos riendo todo el tiempo. Sacó el vino, y del público alguien gritó"¡Convida!", "¿No venía con la entrada?" y se bajó a invitarle alguno que otro traguito a la gente.
La tía Lucy fue invitada al escenario y se tiró la mejor paya:
No importa que sea ñata si respira/ no importa que sea chica si se estira.
Con todo eso ya me sentía más que pagada.

Luego el Cinzano. Estaba llenísimo, pero nos quedamos igual. Tarde nos anotamos en la lista de las mesas, pero tuvimos nuestra recompensa. Nos sentaron al lado del escenario. Escuchamos todos los tangos de cerca. Escuchamos "En Mejillones yo tuve un amor" por segunda vez en la noche. "Quien es la que viene allí" en voz de mujer. Los músicos nos hacían comernos toda la comida, que si no, nos quedábamos sin postre. Don Lucio en el acordeón tocaba de memoria, apretando justamente los dedos en cada nota, cayéndose de sueño, pero sin equivocarse jamás.
Creo no haberlo pasado bien hace tanto tiempo. Salud por la pichanga, las papas fritas y la borgoña. A veces pienso que nací en la cuna equivocada. And grandpa took me home.

4 comentarios:

franco ferreira dijo...

es que Valparaíso tiene esa cosa especial que pocos lugares tienen. Sí... a veces es del todo hediondo. Huele a caca y está bañado de orines. Pero caray, que buen lugar es.
Y por ahí por el Cinzano está la subida Cumming. Ese sí que es gran lugar.
Cudate mucho. Y nos evmos de repente en valpo ;)

bicho maldito dijo...

Me gusta tu blog y ese viaje a Valpo estuvo de pelos, asi que relax. El asunto que describo en mi boliche no es contigo. ;)

1 abrazo

Macarena Lavín dijo...

Franco: sí, yo estaba justo en esa subida. Imagínate lo feliz que me puse al darme cuenta lo cerca que estaba del paraíso, jajaja.

Bicho: Ahora es cuando debería escoderme debajo de la mesa, ¿no?.

Creo que tenemos la misma maña respecto a ese tipo de blogs. De esas cosas que no me interesa enterarme.

Claudio Lautaro dijo...

El cinzano es un clasico... he ido muchas veces...te felicito por tu blog lleno de vivencias Rockeras chilenas con olor a Valparaiso y otras yerbas...hace falta eso... parte de la identidad que nos falta... eres muy bievenida a mi blog.... saludos... Claudio