Nunca enganché demasiado con Soda Stereo. Muy masivo, muy simplón, a excepción del unplugged, aunque en su tiempo no supe valorar ese disco. A mí, Cerati -con o sin Soda Stereo- junto con U2 siempre me han parecido una especie de institución. No así Los Beatles, por ejemplo. Porque todos tienen que tener los discos, en todas las casas, en todos los carretes, es como una obligación. Y eso termina por cansar, sobre todo por la falta de méritos musicales. Debe ser por guitarras sin un valor muy singular, por ser tan masivos sin tener algo que cambie el curso de la historia del rock. Porque ¿qué distinto han hecho?, ¿alguna innovación que te dé vuelta la cabeza? Claro, alguna que otra canción conmovedora han compuesto. Anoche en Cerati, -fui con entradas gratis a acompañar a una amiga- me di cuenta de algo: últimamente me quedo con las guitarras más opacas, acústicas –sin caer en ese facilismo desenchufado y medio deprimente o fogatero que tanto cundió en los 90s- o que simplemente te llevan a los orígenes del primer rock and roll, o del swing o digamos al estilo más vintage o tipo de grabación análoga. Cosas tan amplias, que me hacen pensar que Cerati es simple. Además de “Crimen”, “Adiós” o “Cosas Imposibles”, algo de Soda Stereo que te lleva a las fiestas y que te entró más que por recuerdo que nada, el resto no me paró un pelo. No me conmovió. Y como me dijo Claudio Bertoni hace un par de semanas, la música tiene que pararte los pelos. He ido a decenas de concierto en los que no conozco más de una canción –o ninguna- y me han conmovido más que este par de instituciones.
28.5.07
No hay conmoción
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1 comentario:
En mi ranking personal, un concierto de Cerati en San Carlos de Apoquindo está ubicado como el más aburrido de mi vida. Nunca he sabido qué decir sobre él. Probablemente es un gran músico, no dudo que tiene buen gusto y mejores colaboradores... pero me deja, siempre, plana.
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