Los doctores me han preguntado algunas veces la razón de ciertas enfermedades o dolencias. El año pasado estuve muchas veces resfriada. Todo partió a fines de mayo, cuando me dio influencia, luego de un enfriamiento, provocado por tanto carrete. Sí, lo admito, influye. Sobre todo si iba a los lugares en micro o taxi, con lluvia o frío. Y a eso hay que agregarle las clases de natación y el pelo mojado. Diego, el doctor de cabecera de mi familia, me preguntó a fines de septiembre "¿Por qué te has enfermado tanto?, ¿estai con mucha pega o estresada?"
No, solamente la tesis y muy calmadamente. Me dio vitaminas y un mes después me fui de viaje, donde nunca me resfrié (Ni siquiera en la tormenta de lluvia de San Sebastián). La cosa es que de estresada no tenía nada.
Este año, que de nuevo he pasado resfriada, el problema fue otro. Una tendinitis en el pie izquierdo. El doctor me preguntó:
- ¿Haces algún deporte?
- No-, le contesté.
- ¿Qué deporte haces?
- Ninguno-, le dije.
Y le dije lo mismo, que a Diego, que solamente estaba haciendo mi tesis de periodismo.
Me advirtió que parara las revoluciones, que me relajara. Cuando le conté a mis amigas se cagaron de la risa. La verdad es que más relajada no podía estar (Y todavía lo estoy).
¿Qué tienen los doctores que creen que estoy estresada y que corro tanto para alcanzar a hacer todo?
No tengo respuesta. Talvez me enfermo para no aburrirme, para evadir, para aumentar mi inercia. La verdad es que no lo sé. Sólo puedo afirmar que los doctores me ven como algo que yo no soy.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario